Mis
compañeras realizaron exposiciones sobre distintos pueblos en
situación de turismo bajo. Y voy a traer un resumen de las ideas
principales:
Lliria:
-
La vegetación es más rica en las montañas del norte, en donde
existen todavía algunos pinares de rodenos y marítimos, mientras
que en los cerros del centro y sur predominan los romeros y el
esparto.
-
La economía de Lliria se ha transformado en las últimas décadas,
pasando de una estructura económica tradicional (agricultura de
secano, artesanado local) a una moderna (agricultura de regadío,
industrialización, actividades terciarias). Las hortalizas
constituyen
el principal cultivo, con 4375 ha, seguidas de los cítricos
(5602
ha) y los frutales
(1142
ha) y el algarrobo (1040 ha).
-La
actividad industrial (27,1 % de la población activa) se ha
desarrollado particularmente en las últimas décadas y presenta un
arraigado componente endógeno, dada su evolución desde el
artesanado tradicional. El principal sector es la confección,
seguido de los materiales de construcción
y
el mueble.
-
La denominación de Ciudad
de la Música
que
recibe Lliria, y su reconocimiento internacional se deben a la
existencia de dos entidades municipales: el Ateneo
Musical y de Enseñanza Banda Primitiva de Lliria
y
la Unión Musical (Unió
Musical),
que mediante sus respectivas bandas han logrado un gran prestigio
alrededor del mundo.
Además
de estas dos formaciones musicales existe en Lliria un Conservatorio
Profesional
en
donde se forman músicos procedentes de las dos sociedades lirianas,
así como jóvenes músicos de toda la comarca.
-
Fiestas
-
Semana Santa de Lliria: se celebra desde el siglo xv y participan las cofradías de la Sangre, los Dolores, la Oración de Jesús en el Huerto y el Santo Cáliz. Es una de las más antiguas de la Comunidad Valenciana y destaca el Cristo de la cofradía de la Sangre, que data del siglo xvii.
-
Fiesta de San Vicente: se celebra alrededor del primer lunes de Pascua y es, con la de San Miguel Arcángel, una de las principales de la ciudad. Las celebraciones incluyen conciertos, mercado medieval, pasacalles, procesiones y una romería a la ermita de San Vicente Ferrer.
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Fiesta de la Purísima y del Remedio: se celebran entre finales de agosto y principios de septiembre, herencia de los franciscanos y los trinitarios respectivamente. Hay cabalgatas, bous al carrer, desfiles de moros cristianos y gigantes y cabezudos, entre otras actividades.
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Fiesta de San Miguel: se celebra el 29 de septiembre en honor de San Miguel Arcángel, con feria concedida por privilegio de Juan II en 1446, y son las fiestas mayores de la ciudad. Tienen lugar numerosos actos lúdicos y religiosos, destacando entre estos últimos la baixà (bajada) del arcángel a la iglesia de la Asunción el día 28 y la pujà (subida) del mismo a su monasterio el día 30.
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Semana Taurina de Lliria: se celebra ininterrumpidamente desde el año 2003. A principios del mes de octubre y durante alrededor de una semana: toros bravos, encierros a caballo, entradas de vacas, desencajonadas, concurso de ganaderías autóctonas de la Comunidad Valenciana, etc.
Las
compañeras propusieron una actividad llamada Pense deprés Lliria
Moya:
-
Según las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo durante los
años 1982 y 1983 se evidencia que en Moya hubo algún asentamiento
en la Edad
del Bronce
medio,
es decir, unos 1500 años a. C. El primitivo poblado estaría situado
en las proximidades de lo que hoy llamamos "El Castillo".
En este yacimiento arqueológico se encuentran también evidencias
que demuestran que este poblado se desarrolló también durante la
Edad
del hierro.
Del siglo II a. C. se han encontrado en Moya monedas que fueron
acuñadas en Bíbilis (Calatayud).
-
Las Ruinas
de Moya
fueron
declaradas Monumento histórico-artístico en 1982,
y constituyen un importante vestigio arqueológico de lo que fuera
una notable ciudad
medieval
y
moderna.
-
Son muchas las tradiciones que se han perdido debido al abandono
masivo de los habitantes hacia las ciudades, pero aún quedan algunas
que se siguen celebrando. Las que todavía se celebran dentro de la
Villa son actualmente dos: El
Septenario,
declarada como una de las Fiestas
de Interés Turístico de Castilla-La Mancha
y
El
Cristo de la Caída.
Antes de la decadencia, en la época en la que la Villa contaba con
las siete iglesias en funcionamiento, eran numerosas las fiestas
religiosas que las cofradías celebraban, encargadas también de
organizar las procesiones de los santos que veneraban.
Las
compañeras propusieron un mercadillo mediaval, Justas, mercado
gastronómico.
Soneja:
-
En cuanto al sector
primario,
el cultivo al que se dedica mayor extensión en Soneja es el frutal
de secano (en particular, el algarrobo).
Sin embargo, el olivo
es
el cultivo más relevante para la economía doméstica sonejera,
aunque las transformaciones agrícolas para el plantado de cítricos
han
proliferado en la última década, a costa de eliminar del paisaje
cultivos tradicionales y centenarios.
-
El cultivo predominante en la localidad se caracteriza por ser
minifundista
y
muy parcelado, con una media de 2’85 ha por contribuyente.
-
La ganadería,
en todas sus manifestaciones (trashumancia, cunicultura, avicultura,
apicultura), es una actividad actualmente muy reducida y en
retroceso. Y, de igual modo, el campo sonejero, como medio de vida y
de trabajo, está padeciendo un progresivo abandono.
-
En lo que concierne a la industria,
el yeso
ha
sido y es una industria emblemática en Soneja, que ha ido
concentrando toda la producción en una única gran empresa, a la vez
que esa producción ha aumentado para abastecer a todo el país. Esta
actividad lleva asociadas varias empresas locales, como son las de
transportes por carretera.
-
La construcción
figura
como la principal actividad del sector secundario en cuanto al número
de empresas registradas, a pesar de los datos negativos registrados a
partir de 2008.
Desgraciadamente, la inversión industrial registrada en maquinaria y
bienes inmuebles ha sufrido un grave descenso desde mediados de la
década de los noventa del siglo pasado.
-
La gastronomía de Soneja es muy similar a la del resto de la comarca
del Alto
Palancia,
en la que está enclavada, y es uno de los aspectos más destacables
de su patrimonio cultural. Ésta, de transición entre la valenciana
y aragonesa, se basa en la tradición mediterránea de las tierras de
interior. Es una cocina sencilla, basada en la calidad de las
materias primas, con las que se elaboran embutidos,
un excelente aceite
de oliva,
o frutas y hortalizas de la huerta. Entre los platos de la cocina
sonejera hay que destacar la "olla",
en sus tres variantes (de ayuno, con cabeza de cerdo y de repollo), y
el arroz
al horno.
Las
compañeras ofrecieron rutas, survivals y concurso gastronómico.
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